Mirar las heridas
sin cicatrizar
que todavía duelen.
El sufrimiento es no atender.
Encuentro la valentía
de reconocer el aprendizaje
que atesora cada dolor.
La invitación al cuidado,
amoroso, honesto,
de lo que hay.
Acariciar las aristas.
Acoger el espejo del otro
recibir el regalo
que es evolución.
Crecer significa aceptar.
Sin juicio,
compasivamente.
Me acerco a mirar
tímida y miedosa
pero decidida.
Busco la salida,
encuentro el centro.
No hay heridas,
son experiencias
realidades
sentires
que reclaman atención.
Conciencia.
Ayer, hoy y mañana
fundidos en una ahora
que es perfecto.
Me doy cuenta.
Se abre paso la alegría
llega el gozo de Vivir.
Sin más,
con Todo.