Confío en mí misma.
Visualizo mi estrella interior.
Y suelto el control.
Doy gracias. Siento la energía del agradecimiento en mi pecho. Se expande.
Crece. Como el Amor, cuando se comparte, generosamente.
Soy una creación divina.
Agradezco todas las oportunidades que la vida me brinda.
Estar viva es un milagro.
Lo celebro felizmente.
Y cultivo la confianza interior, mi fortaleza, la propia voluntad,
que me permiten dar los pasos con decisión.
Riego la semilla de la autoconfianza para no desviarme de la senda elegida.
Nuestro propósito vital es sagrado.
Como diosas y dioses hemos de honrar nuestra misión en este mundo.
Nobles propósitos que favorecen nuestra evolución como especie, de vuelta al Amor,
a la Luz que somos.
La Creación está en nuestro interior. Tomar consciencia de ello es una bendición.
Desde el impulso vital, me levanto en los momentos de flaqueza.
Encuentro motivación cuando la mente crítica me reta con obstáculos, miedos y contratiempos.
Soy flexible, me adapto.
Soy FIRME, vuelvo a mi esencia
Como un junco,
cual sagrado bambú,
reconozco mi firmeza, enraizada en la tierra
y liviana en el movimiento
que fluye con el viento
sin resitir-se, sin resistirme
a favor de la corriente
Nado sin esfuerzo,
aprovechando las corrientes.
Descansando en la deriva,
confiando en el curso de la Vida.
GOZO del Viaje
me entrego al disfrute
La satisfacción por los logros.
Celebro los frutos de las cosechas
con tanto amor y dedicación labradas.
Doy gracias, siempre ¡¡¡GRACIAS!!!
Y respiro el merecimiento.
Lo integro, lo hago mío.
Como cada Ser, merezco disfrutar de la abundancia de esta existencia.
Me detengo en los detalles,
saboreo lo sutil
y gozo intensamente de esas pequeñas cosas
que hacen grande nuestra VIDA.