Hoy respiro, hondo y profundo, de nuevo.
Y siento el corazón alegre.
Y me invade el gozo de saberme viva.
Y acepto, con paciencia y humildad, cada etapa del camino.
Hoy terminó un recorrido que hemos transitado durante cinco meses y medio.
En este tiempo la Confianza fue abriéndose paso, en ocasiones con cierta dificultad, pero siempre decidida.
El miedo fue intenso y nos acompañó también, dejando importantes aprendizajes.
Y mi hijo, ese ser fuerte y valiente protagonista de esta historia, ha vuelto a salir victorioso.
Recorrió el camino con la alegría y vitalidad que derrochan los niños, sin miedo alguno.
Y vuelve a ser un niño sano, según los médicos.
En mi corazón sé que nunca dejó de serlo.
GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!