Y me siento caer a pedazos
me derrumbo.
Voy desprendiéndome de mí
despojándome de todo
piel y huesos
y creencias que se agarran
en un grito desesperado
por permanecer, a salvo
de la debacle.
Desolación.
Desmoronamiento imparable.
Y el vértigo que se remueve
y mueve las entrañas
y encoge el alma
y seca la garganta
Y, sin embargo, la palabra
a flote.
El cuerpo que danza
emociones que se liberan
Silencio ensordecedor
que aguarda
calmo, a la espera.
Y las voces que se atropellan
aún triunfantes
a ratos desesperadas.
Y el corazón que late
en el recuerdo de lo simple.
Latido sencillo de vida
que brota
valientemente
vencedora siempre
abriéndose paso
entre el ruido y la prisa
incansable
celebrando siempre.
Y la ausencia de risas
melancolía de madre.
Ahora conmigo
vínculo perfecto
fuente inagotable.
Borbotones de Amor
que se destilan en besos
abrazos congelados.
¿Dónde van los pasos
que no se dan?
Olvido para recordar
esencia vital.
Vuelo sereno
atardecer honesto
luz que enaltece
la espalda erguida
el corazón disponible.
Temores de otro tiempo
que enrancian el frescor de la tarde
Verde árbol
amarillo espiga.
Mar bravo
en calma paz.