Llegó agonizando.
Estaba moribundo cuando nos encontramos.
El primer impulso fue mirar hacia otro lado.
Mirar de frente a la muerte, no resulta fácil.
De inmediato surge el malestar,
la sensación de angustia,
el cuerpo que se paraliza
y la mente que no encuentra explicación.
Todo ello de repente, sin previo aviso.
Curiosamente me hallaba filosofando
sobre lo divino y lo humano,
cuando de golpe me atrapó la Vida
a través de la Muerte.
La intensidad del tránsito.
Tan solo un instante separa la vida de la muerte.
Un aliento último a modo de despedida.
Tal vez sea también la bienvenida a algo que se abre,
que comienza a partir de ese mismo instante.
El gran misterio de la Muerte
es el gran misterio de la Vida.
Un golpe certero acabó con el sufrimiento.
Murió en mis manos,
dejando tras de sí un mensaje de vida.
En ocasiones tampoco es fácil mirar a la Vida.
Y en esto, como en lo otro,
hay mucho que se puede hacer.
Me di cuenta de lo insustancial
de mi ‘no puedo’,
frente a la gran fuerza
de mi ‘sí quiero’.
Gracias bello mirlo de primavera
por la preciada enseñanza
que tu pérdida me ha regalado.
Namasté.
1 comentario en «La ofrenda del mirlo»
Precioso Almudena. Lo he compartido porque me ha encantado. Un abrazo guapa.