Estoy sintonizándome con la frecuencia 13:20 del tiempo de la Nova Terra.
Una Nueva Tierra en la que nos sincronizamos con el tiempo de la naturaleza.
Hablo de la ley del tiempo de los mayas galácticos y del sincronario de las trece lunas.
Esta forma de contar el tiempo, es en realidad una propuesta para utilizar el tiempo como una frecuencia de sintonización.
A diferencia del tiempo lineal del calendario gregoriano actual (de 12 meses irregulares y un reloj finito de 60 min -frecuencia 12:60), el Tzolkin Maya y el sincronario de 13 lunas nos devuelven a un tiempo cíclico, radial (de dentro a fuera) e infinito (frecuencia 13:20).
En lo concreto, desde que comencé a integrar la frecuencia 13:20 en mi día a día, lo que observo que es consigo vivir más en el tiempo presente (el tiempo de Kairos, ese en el que un instante puede durar una eternidad) y cada vez soy menos esclava del tiempo de Cronos (el impuesto por el reloj y el calendario estándar).
Ahora contemplo la caída de las hojas de los árboles en otoño y sé que es tiempo de soltar; y comprendo porque el invierno es un tiempo que invita a la muerte para poder volver a renacer y me sumo a vivir esa introspección; y me abro al florecimiento con la llegada de la primavera; y asumo que el verano es el tiempo de recoger los frutos.
Y sé que volverá a repetirse el ciclo, aunque todo será nuevo, eso también.
Además, elegí compartir todo esto hoy porque en el tiempo galáctico del Tzolkin Maya estamos de celebraciónn.
Ayer día 24 de julio terminó el año solar en esta cuenta del tiempo que propone el sincronario de 13 lunas (sería como un fin de año galáctico).
Y hoy 25 de julio se celebra el día fuera del tiempo o día de la paz mundial.
Este día fuera del tiempo es el puente entre un ciclo que termina y otro que da comienzo, el eslabón que une la muerte y la vida. Y dará paso, mañana día 26, al inicio de un nuevo año solar según la cuenta maya.
Un día para agradecer la vida, limpiar el hogar interno, prepararnos para lo nuevo desde el reconocimiento de lo que quedó atrás.
Parar en medio del caos para respirar consciente y sentir la calma, esa paz que trae el silencio que nace dentro, y nos susurra siempre que todo está bien.
Abrazar y danzar, apreciar lo pequeño, compartir lo propio, recibir lo que llega y abrirnos a la magia de la Luz que nos rodea y sustenta.
Una celebración íntima y alegre.
Cada uno en su lugar, todos unidos por un mismo corazón, así aquí en esta nuestra tribu de Vivir en Plenitud con Almu, como en el resto de Universos.
Que la paz sea contigo en esta ‘Nova Terra’, que siento en cuerpo y alma aquí ya.
Un cálido abrazo,